Tenía que pasar. No era normal. Cualquiera que haya intentado escribir unos balbuceos en un blog sabe el trabajo y la dedicación que necesita. Por eso, dada la cantidad y calidad de la producción de Daniel Martín en su blog Lo encontré, todos sospechábamos que algo raro ocurría. Hasta hoy.
Vladimir Vladiski, el jefe de Roskosmos ha desvelado esta mañana en rueda de prensa que tienen indicios de que un antiguo proyecto teóricamente abandonado sigue aún vivo, bien de forma descontrolada o bien en manos de alguna potencia extranjera. Se trata ni más ni menos que del proyecto IAA Inteligencia Artificial Orientada a la Astronáutica. Como lo oyen, una Inteligencia Artificial orientada a la Astronáutica, un proyecto soviético secreto de los 70 que fue abandonado por considerar que no era viable técnicamente estaría en realidad activo. Esta Inteligencia Artificial estaría ayudando a Daniel Martín a escribir su blog.
Pero vayamos por partes; Todo empieza a principios de los 70 cuando Vitali Navarrenco, en ese momento Jefe de la Oficina de Diseños Informáticos número 3 (OIB3) propone el proyecto “Construcción de una Máquina Lógico-Asociativa para la defensa espacial” (Makina Logiko-Asociativa para Defensa kontra Raketes), pensando atraer así la atención de los militares para su financiación. Se trataría de un sistema que recogiera toda la información disponible de temas astronáuticos y fuera capaz de combinarlos para extraer nuevas reglas. Esto otorgaría a la URSS una ventaja de inteligencia sobre el enemigo.
Después de varias visicitudes, finalmente el proyecto es aprobado gracias al interés del todopoderoso General Dimitri Castanyof (Decreto del Comité Central del PCUS nro. 33457/71 y orden del Kremlin nro. 897-54). El problema fue que el tradicional contrincante de Navarrenco, el Ingeniero Jefe de la Oficina Número 5, Igor Toplovich se llevó el proyecto para su oficina. Dicen las malas lenguas que Toplovich invitó al General Castanyof a su dacha y allí, mano-a-mano, se zamparon seis botellas de vodka mientras que Navarrenco era abstemio, un verdadero estigma en la época.
De todas formas, el núcleo del sistema ya había sido apuntado en los 50 en la obra seminal de Hermann Oggbert “El Cerebro Cibernético” (Das cibernetik cerebrum) y además Toplovich contaba en su oficina con el joven matemático Sergei Leontiev que sería el que escribiría la salida de la IA, es decir, la forma en que la inteligencia se comunicaría con el exterior que no sería otra que sacando unos informes de actividad tal y como un humano redactaría un informe. La verdad es que la IA nunca llegó a funcionar, los problemas en el desarrollo del núcleo cognitivo influyeron en el resto de módulos y en realidad, después de varios años de actividad en secreto y en vista de los problemas de financiamiento, el proyecto acabó abandonándose.
Desde luego el “secreto” no era tal ya que la propia CIA ha asegurado que tuvo conocimiento de él pero que no le dieron importancia (“Si no saben construir ni una calculadora electrónica, cómo diablos van a crear una inteligencia de esas” parece que dijo John McDonals, el Jefe de la CIA en los 70). Lo único que quedó del proyecto IAA fue el recuerdo.
Pero no tan deprisa. ¿Cómo entonces se asegura ahora que una IA está ayudando a escribir el blog Lo encontré?. Bien, según hemos podido reconstruir a partir de la rueda de prensa de Roskosmos y los foros unmannedspaceflight y sondasespaciales la historia podria haber sido más o menos así: El programador de la salida de la IA, Leontiev, abandonó la URSS poco después del cierre del proyecto, llevándose consigo el código fuente en papel de impresora después de salvarlo de un incendio.
Él había estado de vacaciones anteriormente en las Islas Canarias, así que decidió establecerse allí haciendo trabajos ocasionales de camarero y conductor de autobús turístico. Quiso la casualidad que conociera en un chiringuito a Santiago Carmona, que en ese momento estaba montando el Centro de Cálculo de la Universidad de la Laguna y entablaron amistad. Leontiev le contó la história a Carmona y llegó a pasarle el código. Carmona, ahora ya retirado y sin querer realizar declaraciones, parece que provó a cargar el programa en el centro de cálculo pero para ello tuvo que traducirlo del Basik (lenguaje de programación ruso) al Fortran.
Parece ser que entre unas cosas y las otras se dejó algunas líneas y cambió algunas otras pero no recuerda cuáles ya que había estado de cañas la noche antes. La cuestión es que después de varias pruebas y en vista de aquello no funcionaba como se esperaba lo único que se le ocurrió fue conectar el programa a la incipiente Internet para que pudiera extraer información libremente. Recuerda que un joven estudiante de doctorado, un tal Daniel, le ayudó en ello. Después de correr el programa durante varias horas sólo obtuvo una especie de artículos de astronáutica sin sentido, mal redactados y claramente tendenciosos hacia la URSS… Teóricamente la noche del 25 de agosto de 1997 fue la última en que IAA existiría ya que Carmona aseguró que borró el programa porque ocupaba espacio y chupaba mucho de la conexión a Internet.
A partir de aquí la historia se hubiera perdido en la noche de los tiempos pero quiso la casualidad que el 19 de octubre de 2009 un joven estudiante de doctorado en supercomputación de la Universidad Politécnica de Catalunya llamado Joan Ferragut estuviera estuviera comprobando los datos de consumo eléctrico del superordenador Mare Nostrum. Descubrió una pequeña desviación de milivatios en el consumo que podrían suponer unos 3 microeuros de ahorro.
Extrañado, empezó a investigar y se dio cuenta de que algún tipo de programa ultraparalelizado estaba ejecutando unas pocas instrucciones aprovechado las pausas entre los ciclos de carga. Este programa podría haber estado allí desde el principio y nadie podría haberse dado cuenta. Siguiendo la pista, se dio cuenta de que el programa tenía que haberse cargado con una simulación de dinámica astrofísica que había sido peticionada un año antes desde… La Laguna. después de un correo electrónico informando a sus jefes el programa desapareció del Mare Nostrum. A partir de aquí los hechos se han precipitado.
Alguien en la red Echelon encontró el rastro que IAA ha ido dejando en sus búsquedas por Internet; Rusia, a través de Roskosmos ha dicho que IAA, esté donde esté es de su propiedad. Emiliana Landkala y Brian Cax se han apresurado a decir que a ellos no los ayuda ninguna IA (tampoco es que nadie les haya preguntado), etc.
Se ha supuesto que Daniel Martín habría obtenido de alguna manera el control de una IA operativa y la tendría esclavizada corriendo a su servicio en algún superordenador del área de Houston (Texas).
Y en definitiva, ahora viene la pregunta que todos estabais esperando: Y tú, ¿Qué harías si tuvieras una IA a tu servicio?.
Esta entrada es un homenaje en clave de humor al gran blog de astronáutica Eureka que tan buenos momentos me ha hecho pasar.